Filósofo y científico
Llull no se formó en la escolástica propia de las universidades medievales. En realidad era un autodidacta. Fue uno de los primeros intelectuales europeos que escribió sobre filosofía, teología y ciencia en lengua vulgar (catalán, en su caso). Fue investigador, divulgador, polemista y conciliador. Realizó aportaciones metodológicas en astronomía, geometría, física, medicina, etc., disciplinas que formuló como nuevas a la luz del Ars.
Fue precursor del sistema combinatorio (considerado hoy como la base conceptual de la informática) y del holismo (interdisciplinariedad e integración de las ciencias) que defendió en el Arbre de la ciència (‘Árbol de la ciencia’). Rechazó las ciencias puramente fantásticas o esotéricas como la alquimia y, sin embargo, dio protagonismo a una astronomía muy próxima a la astrología y a la cábala hebraica. Su pensamiento puede ser calificado de utópico por incorporar una voluntad decidida a construir un mundo mejor.