Religioso
Esta es la dimensión más relevante y conocida de Ramon Llull. Teólogo, misionero, místico (se le ha considerado padre de la gran tradición mística ibérica), ermitaño, moralista, predicador, cristiano converso y activo, y sin embargo laico (no sacerdote). Desde una visión propia del franciscanismo reformista su empeño predicador, que surgió de un trance de iluminación divina, era integral y sincero.
Fue precursor del ecumenismo, es decir, de la convivencia pacífica entre religiones, y propuso la razón, entendida como universal y común al género humano, como método para convencer a los demás de las bondades de la propia fe. En sus libros sintetiza un discurso cristiano con elementos islámicos (como la lógica de Al-Gazzalí) y hebraicos (como el uso de letras para la representación de ideas propio de la Cábala). Dentro del cristianismo de la época su pensamiento, siempre libre e independiente, recoge elementos de la escuela dominica (la tendencia racional) y de la franciscana (el espiritualismo).